lunes, 28 de mayo de 2012

¿SOCIEDAD INDEFENSA?

Hace unos días propuse la constitución de un poder ciudadano, dos meses atrás que era urgente tipificar como delito la estafa electoral. Ambas iniciativas parten de la premisa de que el pueblo es burlado y escarnecido, despreciado y tratado como ganado con destino al matadero. Ambas iniciativas se sostienen en una realidad que se nos quiere ocultar a toda costa: somos poderosos, no somos mercancía, somos la razón última de todo y tenemos dignidad.


Es cierto que somos culpables de haber delegado nuestro poder en base a mentiras y a un exceso de confianza en señuelos ante los que hemos picado en masa: siglas que no significan nada, teatro de malos actores que venden discrepancias inexistentes ante los que, al final, sólo queda abandonar la platea, apagar la televisión, o echarlos a tomatazos y ocupar el escenario a coro.


Ya sólo quedan dos soluciones: la respuesta popular unánime de los que quieran construir un futuro de dignidad para ellos, sus hijos y las futuras generaciones o vivir arrastrándose ante un poder impuesto por la fuerza del dinero que será aplicado hasta sus últimas consecuencias con la represión que sea necesaria en cada caso.


No existen las salidas intermedias. O nos defendemos construyendo un Poder Ciudadano despreciando a los que nos desprecian, desobedeciendo sus leyes, imponiendo las nuestras o seremos sacrificados como ganado, divididos en lotes, marcados por la fatalidad que nos están vendiendo.


Hay que organizar cada barrio, cada empresa, cada servicio público, el poder ciudadano tiene que ser ejercido contra cada agresión y a favor de cada iniciativa de construcción del nuevo modelo. Debemos actuar como una gran colmena, pero sin zánganos ni reinas, si queremos sobrevivir. Juntos y organizados para la defensa, el ataque y la lucha por todo lo necesario para la vida individual y colectiva.


Las organizaciones que no respeten y compartan la estrategia unitaria, coherente, organizada y eficaz, simplemente no sirven y por tanto estorban. Las que antepongan sus identificaciones, en lugar de aportar todo lo positivo que lleven en su bagaje, debemos decirles que aceptamos todos los regalos útiles pero descartamos los envoltorios.


El Poder Ciudadano del que hablo lo están ejerciendo diariamente las Plataformas de Afectados por la Hipoteca. Lo vi el otro día en un reportaje televisivo, en la labor educativa de un colegio público de Málaga, en la que padres, alumnos y profesores eran protagonistas en igualdad y responsabilidad del proceso educativo, en el que la realidad y las maneras de abordarla, eran la principal escuela y material de enseñanza. La he visto en iniciativas en las que he participado en mi pueblo de origen, en mi barrio de Córdoba. Veo poder ciudadano en miles de experiencias cooperativas, de solidaridad, de consumo responsable, etc. ¿Quién no ha vivido la alegría de construir juntos un proyecto en beneficio de todos?.


Aunar todo, coordinarlo y darle coherencia, podría ser la mejor experiencia de nuestras vidas. Esa vivencia anticipada es ya nuestra única salida y nuestra gran esperanza.

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