lunes, 26 de diciembre de 2011

UNA DOSIS DE MENTIRA

Los individuos y la sociedad actual necesitan una buena dosis de mentira para sobrevivir. Necesita creer en que lo improbable es evidente, por ejemplo que el rey no tenía ni idea de los asuntos de su yerno, porque le da miedo pensar en lo que cualquier padre sabe de sus hijos, del padre de sus nietos, de cómo se gana la vida, de cómo resuelve su problema de vivienda, la educación de sus hijos o asegura su futuro. Algún día alguien nos dirá toda la verdad que sea posible conocer de este asunto, cuando ya no sea peligrosa la verdad para la monarquía y para los que están cómodos con ella. "Todos somos iguales ante la ley", nos dice el único español al que la ley descarta expresamente de esa igualdad, el único que dice ser intocable. Esa fue la dosis de mentira que se metieron en vena los españoles la "noche buena".


Aceptamos la mentira como una necesidad. Muchos van los domingos a misa a buscar su dosis semanal, y también van otros a misa a buscar su dosis de única verdad. Pero no hay que hacer ningún esfuerzo para obtener nuestra dosis de mentira, nos tienen organizado el suministro cada vez que encendemos la tele. La mentira más útil de estos días es la que nos lanzó Rajoy en su investidura como el mejor "pater familias" de "todos los españoles". Hablar de un todos revolutum nos exime de pensar, nos lleva a la seguridad de obedecer cuando se nos conmina al sacrificio. Como si la crisis hubiese venido como el terremoto de Lorca o Japón, como si no hubiera culpables y beneficiarios de la crisis. El monarca avala a Rajoy como el mejor continuador de la obra de su antecesor para tiempos aún más duros (tiempos recios dijo el nuevo Ministro de Interior que sonó a advertencia para los que nos vamos a salir de ese "todos los españoles"). Las dosis de mentira van a ser muy necesarias para que mantengan su chiringuito, y para nosotros "los españoles rebeldes y descreídos" será imprescindible comunicar la verdad que vivimos, sentimos y palpamos. Hoy más que nunca Santo Tomas es nuestro guía ante el engaño interesado.

La única verdad dudosa que tenemos que exigirnos creer y hacer cierta es la de, que con unidad, verdad y coherencia personal, vamos a defender la verdad y a hacer realidad los derechos humanos para que la Humanidad sobreviva.

domingo, 11 de diciembre de 2011

FRENTE AMPLIO ANTICAPITALISTA


Ayer estuvimos unas 200 personas en la Asamblea de constitución de Mesas de Convergencia de Acción Ciudadana en Córdoba, vinieron Pedro Montes y Jose Coy ( Juan Torres no pudo por enfermedad). Pedro Montes defendió la salida del euro porque ante la imposibilidad del pago de la deuda externa (según el Banco de España la deuda pública más la privada superaba en 2010 los 2,3 billones de euros) una moneda propia daría mayores oportunidades que el imposible cumplimiento de los criterios impuestos. Tuvimos una charla interesante, que algunos prolongamos en la comida, no porque encontráramos una salida sin sacrificios que no la hay, sino porque se reafirmó la necesidad de que todos los esfuerzos se concentren en evitar que, una vez más, los sacrificios de la mayoría sólo sirvan para salvar los beneficios de una minoría. Desunidos, incoherentes e inconscientes, con reproches y egoísmos de las partes, reproduciremos, una vez más, el guión repetido de un drama que en estas circunstancias es ya una tragedia.
Las Mesas son el proyecto de unidad necesario que, inspirado por un grupo de economistas críticos gente del 15M y militantes o no de partidos pretende que desde la base construyamos la unidad, coherente y diversa al mismo tiempo, que desemboque en un FRENTE AMPLIO anticapitalista, como única forma de responder a las agresiones del sistema, a la destrucción de derechos y al ataque a la democracia que ya estamos viviendo.
La búsqueda de la unidad tiene que partir de la ausencia de apriorismos, de culpabilidades sobre los desencuentros del pasado, cabemos todos los que estemos de acuerdo en la necesidad de esa Unidad y Coherencia para conseguir representar políticamente a la inmensa mayoría de la sociedad de la que directamente se ha de nutrir ese Frente Amplio que ponga a la economía al servicio de las necesidades humanas y para eso todos los ciudadanos tenemos que implicarnos en una acción política sin precedentes.
Sabemos todas las maneras equivocadas que en el pasado nos han impedido avanzar. Podemos resumirlas en que hemos hecho nuestros valores de la sociedad que tenemos y que no nos gusta, y no hemos interiorizados los que han de servir a la sociedad que queremos construir. Por eso, valores como el individualismo, la competitividad entre nosotros, la lucha por la supervivencia de nuestros egos, y del poder de los grupos, partidos, siglas o personas, son nuestro principal enemigo a batir. Para eso no podemos partir de que este movimiento de unidad y coherencia, con y por los objetivos, debe ser fruto de la reflexión individual y de la participación horizontal de todos, eliminando todo lo que siempre nos ha impedido avanzar.

viernes, 26 de agosto de 2011

CRISIS DE VALORES Y ACUERDO CONSTITUCIONAL


La crisis, se ha dicho por muchos incluido el Papa, es una crisis de valores. Aunque en sus argumentos cada uno lleva el agua a su molino, es importante ese reconocimiento porque esa crisis no se resuelve con la bajada de la prima de riesgo o el aumento de la productividad. La existencia de una crisis ética profunda nos exige a todos un replanteamiento de nuestros esquemas personales y colectivos. Como no somos islas, como vivimos en permanente interrelación en una mezcla de competencia y cooperación, las revisiones de lo personal nos iluminan sobre lo colectivo y viceversa.
Para los que hemos discutido -más en la teoría que en la práctica- y contestado la situación anterior, incluso cuando parecía que no había motivos porque, aparentemente, la mayoría de la población “vivía mejor que nunca”, esta crisis es una confirmación de nuestra insatisfacción. Manteníamos que los logros económicos eran números en un papel que reflejaban crecimientos cuantitativos, beneficios empresariales, niveles de renta indiscriminados. Esos números eran el  resultado de excluir a los que no contaban para nadie, no estaban en las estadísticas, ni tenían, ni tienen hoy, presencia real en nuestras vidas, ni incluían el coste del derroche para las generaciones futuras o la capacidad de renovación de recursos naturales. Aquellos polvos y estos lodos, han sido el resultado del “dejar hacer” del liberalismo económico, del utilitarismo y del consumismo hedonista guiado por la satisfacción de necesidades impuestas por el marketing.
Antes de la debacle algunos colectivos no estaban satisfechos, otros lo estaban sin ser conscientes de que no tenían motivos para estarlo, pero ya sabemos que eso era intranscendente pues para el sistema hay que estar a la utilidad total del mismo, aunque el reparto de utilidades y beneficios sea objetivamente injusto y desproporcionado. Si en unas épocas ese lucro ha exigido la esclavitud de seres humanos, la necesidad de la guerra, de la colonización, la explotación y miseria de otros pueblos, la discriminación de las razas, de las mujeres, el establecimiento de clases sociales, hoy, a la pervivencia de algunas de estas maldades, se añade la negación del futuro a nuestros jóvenes y la vuelta a un estado de inseguridad y malestar general que va afectando a capas cada vez amplias y que condena a las nuevas generaciones. De eso partimos, en eso estamos, los que nos gobiernan siguen con la misma lógica para preservar los mismos incuestionables intereses de una minoría aún cuando los acontecimientos delatan los errores e inviabilidad del sistema. La consecuencia es que el monstruo necesita nuevas victimas por eso ya hay países que en la pretendida solución de la crisis global vamos a tener que ser sacrificados.
Dentro de estos países también se plantea el conflicto por el reparto de los sacrificios. La solución está siendo, a modo de ejemplo, que los que empezamos a trabajar a los 12 años terminaremos a los 70, mientras muchos jóvenes no tienen posibilidades de incorporarse al mundo laboral. Se está optando por la subida de los impuestos indirectos que no tienen en cuenta el nivel de las rentas, los que pagamos todos por igual. Por la privatización de los servicios públicos, por los recortes en las prestaciones, por reducir el gasto y el empleo público en los servicios esenciales para los ciudadanos.
Desde la política, en países como España, Grecia y antes Portugal, las bases electorales que han mantenido a partidos que se pensaban hacían más llevadero el impacto de las políticas liberales, los graneros de votos, que es como se nos ha tratado, de los partidos de izquierda están hoy siendo atacadas por esos mismos partidos mientras venden esos sacrificios como inevitables. Ahora, dirán algunos de estos votantes, los nuestros vienen a por nosotros. Esa es la base de la crisis política, del No nos representan.
La respuesta de las amplias capas insatisfechas, se está empezando a dibujar, se está empezando a organizar con la ayuda de las redes sociales, se van sedimentando ideas y planteamientos nuevos, pero los referentes políticos, que debieran haber encauzado el descontento y planteado soluciones, hace tiempo que fueron asimilados por el sistema y puestos a su servicio. Supongamos que es a eso a lo que llamamos crisis de la izquierda, con la consecuente inexistencia de respuestas diferentes a través de un sistema institucional representativo que, con las reglas actuales, no es percibido como fuente de soluciones sino de problemas.
El conflicto que de la situación que vivimos resulta es de una gravedad extrema. Es patente que está fuera del control de los que estarían llamados a dar respuestas y esa amenaza nos interpela a todos a buscar respuestas urgentes y eficaces pues en otro caso el desastres estará servido.
Tradicionalmente situaciones parecidas pero menos profundas se resolvieron recurriendo a los conflictos bélicos. Sin descartar que esa salida se proponga con cualquier excusa (como de hecho vemos nunca ha estado libre la humanidad de esa lacra), desde luego nada será como lo que hemos conocido. El nivel de compresión de la realidad y conocimiento de nuestra historia, por un lado, el desarrollo de nuevas tecnologías de la comunicación, por otro, y el nivel destructivo de una guerra de la misma escala de las más recientes, son argumentos contrarios a lo que de otra manera ya se habría producido.
Sin embargo los ataques especulativos a las monedas, las guerras por el petróleo, las tensiones comerciales, son síntomas de un conflicto mayor y ya irresoluble con este sistema: la supremacía de los mercados a costa de la vida de los seres humanos y de la naturaleza. Lamentablemente, el sistema se resiste a los cambios, ni siquiera a mínimas reformas pues está diseñado para depredar al máximo, es su instinto.
Esa es la realidad a la que nos enfrentamos, seamos conscientes o no, y nada va cambiar si no cambiamos nosotros, pues el sistema se alimenta de los valores que nos ha inoculado. Subjetivamente esta realidad nos puede llevar a la desesperación y el fatalismo, o a una nueva civilización que supere con nuevos valores lo que de otra forma sería inevitable. Estamos condenados a la esperanza, a confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades que son muchas, en nuestra creatividad, en la capacidad de análisis y respuesta, de adaptación y cambio a circunstancias cada vez más extremas. En este mundo global el futuro dependerá de lo  que todos los seres humanos demostremos.
Para empezar debemos sumar y construir, sustituir la competencia desordenada por la cooperación, el diálogo constructivo a todos los niveles, el logro de grandes consensos cuyos resultados son al mismo tiempo cada vez más inexorables y urgentes porque está en juego la supervivencia.
No partimos de cero. Los consensos básicos nos vienen impuestos por valores irrenunciables que forman parte de la esencia ideal de toda persona humana. La efectiva realización de los derechos humanos en todo el planeta, los formalmente establecidos y los que se reconozcan como producto de nuestra reflexión colectiva sobre su necesidad. Pensemos en los derechos de las generaciones futuras, esos que hoy sabemos que serán de imposible realización al ser incompatibles con la depredación de todos los recursos que estamos haciendo desaparecer para siempre.
Es evidente, al menos para mi, como la historia que nos ha llevado a este estado de cosas lo demuestra, que el futuro, si existe, no puede venir impuesto por una ideología, religión, o sistema preconcebido al que se nos someta por la fuerza. Es decir, el valor de la libertad de conciencia, pensamiento, y expresión individual no es prescindible en ningún caso, y deberá estar sólo limitada para ser compatible con la libertad del resto.
Desde un marco ideal, teórico en cuanto que desconocido en el devenir histórico, la libertad va unida de forma esencial, al respeto de la libertad ajena.
Pero esta libertad de todos y cada uno no existe en abstracto sino en las condiciones que las hacen posible, por lo que nuestra libertad está obligada a conseguir que esas condiciones para la libertad del otro estén siempre presentes. Todos estamos obligados a definir esas condiciones mínimas de libertad y desarrollo humano que es la tarea que nos lleva a establecer derechos y reglas justas y por igual para todos, que no son límites impuestos, sino acordados desde nuestra propia libertad.
En palabras de Rawls “Un individuo que se dé cuenta de que disfruta viendo a otras personas en una posición de menor libertad entiende que no tiene derechos de ninguna especie a este goce. El placer que obtiene de las privaciones de los demás es malo en si mismo: es una satisfacción que exige la violación de un principio con el que estaría de acuerdo en la posición original”. Es decir, la situación inicial hipotética en la que ciudadanos racionales, iguales, y libres, bajo el velo de la ignorancia de su propia situación actual o futura, acuerdan escoger los principios que satisfagan los bienes sociales básicos, entre los que señala derechos, libertades, oportunidades, ingresos, riqueza, y el autorespeto.
Nunca hemos estado en esas condiciones de libertad, igualdad y racionalidad para escoger y acordar las normas y principios. Éstas siempre se han impuesto desde el poder de unos sobre otros, desde una posición real de desigualdad, y, la mayoría de las veces, de opresión e injusticia. Por tanto, las reglas no han sido acordadas libremente sino que son el resultado de la lucha por el poder del que emanan.
Conseguir que podamos decidir las reglas justas de convivencia y logro de nuestras necesidades y satisfacciones, las normas de este juego de decidir como seguiremos decidiendo entre todos, desde una posición de igualdad y libertad en beneficio de todos y de cada uno, es una decisión cada vez más urgente.

domingo, 24 de julio de 2011

¿Nadie es responsable?

Acaban de intervenir la CAM, como ya pasó con Cajasur y Caja Castilla la Mancha. Los políticos del PPSOE y la Iglesia Católica se han financiado a placer con las Cajas, sus consejeros y directivos han conseguido prevendas. Apostaron por inflar la burbuja inmobiliaria y financiera que puso la vivienda lejos del alcance de los jóvenes parados y encadenó a una hipoteca de por vida al resto de los que la necesitaban, mientras los especuladores se enriquecían con las plusvalías generadas con el tráfico de influencias, los sacrificios del mundo del trabajo y la destrucción de la naturaleza.  El endeudamiento privado crecía con las facilidades de crédito que alimentaba la burbuja con dinero negro y blanco, en su mayor parte proveniente del exterior.


Ante las dimensiones de la crisis, en lugar de pedir responsabilidades en cada Caja, banco, ayuntamiento, comunidad, investigando hasta el último detalle cada una de las operaciones, ante el Tribunal de Cuentas, en los juzgados, y en cada partido político, somos los ciudadanos los que tenemos que pagar su fiesta con nuestros impuestos, recortes de derechos y pérdida del patrimonio colectivo que eran nuestras cajas.


 Se extiende como la pólvora la idea de que todos somos responsables porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pero esa imagen que es muy vendible es también muy falsa. El capitalismo que apuesta por la individualidad en cuanto a repartir el éxito, los fracasos los socializa y enmascara, nunca es la culpa de los culpables. En todo caso, vamos a sacar a la luz con objetividad lo que ha pasado realmente y que cada palo aguante su vela.


En el movimiento 15 M se hacen muchas propuestas razonables y justas, que parten del cuestionamiento del sistema electoral, político y económico. Pero debemos dejar claro que no cuestionamos los derechos que nos reconoce la Constitución, entre ellos el derecho a la vivienda, el derecho-deber de trabajar y de participación política, o la tutela judicial efectiva entre otros, que deberían haber garantizado las instituciones que no es que no funcionen, sino que lo hacen contra estos derechos para garantizar privilegios y manejar al pueblo desde sus poltronas y medios de control y engaño de los ciudadanos.


El mal funcionamiento de los partidos políticos es una de las causas. No son democráticos ni pueden serlo con este sistema electoral. No canalizan las aspiraciones de la gente, ni responden a intereses que se opongan a la conquista y mantenimiento en el poder. Dependen de la financiación de los bancos y del control de éstos de los medios de comunicación. Al menos en los llamados partidos de izquierda, los militantes deberían encabezar esta exigencia de transparencia, en vez de estar siendo chuleados por los aparatos para que justifiquen las muchas atrocidades propias con la pretendida excusa de ser siempre mayores las del contrario, o tragando imposiciones de los líderes con tirón mediático o populista, en una dictadura de la imagen y del marketing sobre las ideas, la participación y la democracia interna.


Para que la catarsis colectiva que debe ser esta revolución de la buena gente, como yo llamo al 15M, hacen falta limpieza, exigencia de responsabilidades hasta sus últimas consecuencias, pues no adivinamos la profundidad de las tropelías cometidas. Sin esa luz, la mierda se seguirá acumulando en los rincones y debajo  de las alfombras. Hace falta un safarrancho de limpieza a fondo. Usemos internet para poner en evidencia todo lo que está tapado, denunciando y sometiendo ante la justicia y la opinión publica todo los atropellos a la ley y nuestros derechos.


Hay que saber lo que ha pasado en Cajasur, en la CAM, en CCM, y que no quede impune. Que no lo paguemos los de siempre, como siempre. Ya está bien de socializar pérdidas y privatizar ganancias. El Estado no es un negocio montado sólo para que unos cuantos se lucren.


Sugiero que una dimensión del 15 M sea la investigación y esclarecimiento de estas responsabilidades, con la participación de todos pero con el máximo rigor y transparencia, caiga quien caiga. Todos sabemos un poco de esta historia, pero tenemos que hacerlo de forma discreta y organizada. Ya tenemos ejemplos en los que mirarnos y la red es un instrumento válido pero no exclusivo. La información más que nunca es poder. Si el pueblo carece de ella, la democracia es una entelequia.  

martes, 14 de junio de 2011

LOS FRUTOS DEL 15-M

El 15-M ha triunfado y ya ha servido de mucho. Ha servido para decir a los partidos, banqueros, medios de comunicación y jueces, que el pueblo no admite todo, que han llegado demasiado lejos en su desprecio a los ciudadanos y que la democracia representativa ha fallado por las traiciones de los representantes a sus representados. Ha fallado porque el sistema no permite alternativas reales, porque siempre te da a elegir entre lo malo y lo peor. Ha fallado porque no se admiten intromisiones del pueblo en una democracia que de hecho no le pertenece. Que no es real la democracia porque la voz de los trabajadores (sindicatos) y de otros colectivos está mediatizada por los que controlan su superviviencia económica.



Ha fallado porque es descarado que hay grupos de presión a los que nadie cuestiona y que tienen intereses contradictorios con los valores constitucionales, y con los interese populares. Si los mercados imponen sus intereses a la superviviencia económica, al bienestar y a la protección de los estados de necesidad de los más desfavorecidos, si se facilita el beneficio de unos pocos sobre el derecho al empleo o la vivienda, al crédito, a una justicia eficaz para todos, al derecho a una educación o salud de calidad y accesible a todos, lo haga quien lo haga, es una traición a la voluntad expresada en el contrato social que firmamos al aprobar la Constitución.



Debemos de fijar un resultado concreto que demuestre que podemos cambiar entre todos esta vida de sumisión al sistema establecido. Exijamos el lunes un decreto que paralice indefinidamente las subastas y desahucios de viviendas ocupadas permanentemente por los deudores de los créditos hipotecarios y acrediten que no pueden pagarlos por haber perdido su empleo u otras circunstancias que hayan hecho imposible abonarlos. Debemos exigir el rescate de los ciudadanos de las manos de las entidades financieras a las que estamos salvando con nuestro dinero de sus tropelías.



Haz que esta demanda llegue a ser asumida por todos y sea la bandera de mínimos, sin renunciar a otras. Será una rectificación de lo decido en el Congreso, será una bofetada a los mercados, será una demostración de poder y un ejemplo que podemos mostrar al mundo de poder popular y DEMOCRACIA REAL que produce cambios concretos, que es solidaria, que hace realidad los derechos constitucionales.



NI UN SOLO DESAHUCIO POR PERDER EL EMPLEO.



Si Botín (Alí Babá) y los cuarenta ladrones fueron recibidos bajo palio en la Moncloa por ZP, nosostros somos más y tenemos más derechos. Somos los que hacemos realidad los sueños y ahora la DEMOCRACIA REAL ES EL MÁS QUERIDO Y NECESARIO.


sábado, 21 de mayo de 2011

EL 15M TIENE QUE DAR FRUTO


El 15-M ha triunfado y ya ha servido de mucho. Ha servido para decir a los partidos, banqueros, medios de comunicación y jueces, que el pueblo no admite todo, que han llegado demasiado lejos en su desprecio a los ciudadanos y que la democracia representativa ha fallado por las traiciones de los representantes a sus representados. Ha fallado porque el sistema no permite alternativas reales, porque siempre te da a elegir entre lo malo y lo peor. Ha fallado porque no se admiten intromisiones del pueblo en una democracia que de hecho no le pertenece. Que no es real la democracia porque la voz de los trabajadores (sindicatos) y de otros colectivos está mediatizada por los que controlan su superviviencia económica.

Ha fallado porque es descarado que hay grupos de presión a los que nadie cuestiona y que tienen intereses contradictorios con los valores constitucionales, y con los interese populares. Si los mercados imponen sus intereses a la superviviencia económica, al bienestar y a la protección de los estados de necesidad de los más desfavorecidos, si se facilita el beneficio de unos pocos sobre el derecho al empleo o la vivienda, al crédito, a una justicia eficaz para todos, al derecho a una educación o salud de calidad y accesible a todos, lo haga quien lo haga, es una traición a la voluntad expresada en el contrato social que firmamos al aprobar la Constitución.

Debemos de fijar un resultado concreto que demuestre que podemos cambiar entre todos esta vida de sumisión al sistema establecido. Exijamos el lunes un decreto que paralice indefinidamente las subastas y desahucios de viviendas ocupadas permanentemente por los deudores de los créditos hipotecarios y acrediten que no pueden pagarlos por haber perdido su empleo u otras circunstancias que hayan hecho imposible abonarlos. Debemos exigir el rescate de los ciudadanos de las manos de las entidades financieras a las que estamos salvando con nuestro dinero de sus tropelías.

Haz que esta demanda llegue a ser asumida por todos y sea la bandera de mínimos, sin renunciar a otras. Será una rectificación de lo decido en el Congreso, será una bofetada a los mercados, será una demostración de poder y un ejemplo que podemos mostrar al mundo de poder popular y DEMOCRACIA REAL que produce cambios concretos, que es solidaria, que hace realidad los derechos constitucionales.

NI UN SOLO DESAHUCIO POR PERDER EL EMPLEO.

Si Botín (Alí Babá) y los cuarenta ladrones fueron recibidos bajo palio en la Moncloa por ZP, nosostros somos más y tenemos más derechos. Somos los que hacemos realidad los sueños y ahora la DEMOCRACIA REAL ES EL MÁS QUERIDO Y NECESARIO.

miércoles, 18 de mayo de 2011

DEMOCRACIA REAL O DEMOCRACIA PROHIBIDA


En democracia es en tiempo de elecciones, el momento para que el pueblo hable. Pero en una democracia de verdad, el pueblo debe decidir sobre todo cuanto quiera, con reglas limpias que respeten todos los derechos y libertades. Es nuestro gobierno, el del pueblo, nuestra voluntad expresada de mil maneras la que tiene que prevalecer. Esos que prohíben son ciudadanos, unos como nosotros, como los políticos, como los policías. Todos somos ciudadanos iguales, y nos debemos mutuo respeto. Las protestas y las propuestas son debidas a la falta de respeto de los políticos, banqueros y, ahora, jueces, a nuestra voluntad colectiva. Son ellos los que quieren evitar que ésta se exprese, sin violencia ni imposiciones.

La lay electoral no prohíbe las reuniones, ni manifestaciones en campaña electoral. La Junta Electoral Provincial de Madrid, no se atiene al principio de legalidad al prohibir estas reuniones. "La celebración de actos públicos de campaña electoral se rige por lo dispuesto en la legislación reguladora del derecho de reunión" (art. 54 de la Ley Electoral).
No se pueden limitar derechos constitucionales basados en sospechas, ni suspenderlos cautelarmente, (sentencia T.C. Bildu) pues son atentados a esos derechos que deben ser garantizados por los poderes públicos, interpretando restrictivamente las leyes que establecen limitaciones a los mismos.

Estos jueces han podido prevaricar al adoptar una decisión injusta e ilegal, a sabiendas de que limita los derechos de los ciudadanos a opinar, expresarse, reunirse, pacíficamente, respetando los derechos de los demás a hacer lo mismo.

La democracia es el sistema que permite decidir al ciudadano, con el fin de seguir teniendo posibilidad de seguir decidiendo. Se profundiza la democracia cuando el ámbito de decisión es cada vez mayor, con mejores datos y elementos de juicio, sin manipulación. No existe cuando el sistema electoral es un sistema de reglas trucadas para que siempre se decida lo que interese a los que no creen en la democracia. Los que aceptan las elecciones y las instituciones como un mal menor, pero siempre que el sistema no atente contra sus privilegios. Para ello se asegura que los elegidos sean siervos de sus designios e intereses. Si es de los nuestros mejor, pero si no lo es lo compramos. Si no se deja comprar... Ya sabéis lo que le pasó a Allende.

Decidamos lo que queramos, como queramos si es con respeto a los derechos de todos, y no aceptemos imposiciones de nadie. Resistamos y venceremos.

lunes, 16 de mayo de 2011

De la manifestación de ayer, no dudo de que habrá lecturas interesadas, pero son desde luego lejanas del interés de los participantes-convocantes, de sus objetivos, de sus formas y, espero, de sus resultados. Los que se sientan aludidos en la izquierda deben reflexionar si han dejado abandonados a su suerte y ni han canalizado todas las energías de resistencia y cambio del sistema que gente está pidiendo. Si no se han dejado arrastrar por el sistema. Necesitamos una izquierda fuerte, organizada, combativa y con capacidad de propuestas realistas e ilusionantes. Necesitamos democracia real, diaria y efectiva en la solución de los problemas de la gente. Necesitamos nuevas formas de participación política, por algo se empieza. Pero no ha de ser solo una reacción a lo que no nos gusta. Hay que pasar de la protesta a la propuesta. YA.