sábado, 5 de enero de 2013

REAL PROPAGANDA

Cuando todo va mal para la mayoría, y mejor que nunca para una minoría cada vez menor, aumenta la intensidad de la propaganda para convencer a los incautos súbditos de la imposibilidad de convertirse en ciudadanos, de que su destino es vivir alabando al poder y la riqueza.
Anoche sembraron semillas de ignorancia y conformismo.
Anoche, el parásito más real osó intentar convencernos del privilegio que es para los españoles que Franco se fijara en él y nos lo nombrara su sucesor.
Aceptar a un rey es dar por sentado que no podemos dejar de ser súbditos, que renegamos de nuestra condición de ciudadanos al aceptar que se nos imponga a uno por encima del resto, sin ser elegido, sin responder de nada ni ante nadie.
Es la negación del valor de la igualdad. Ese señor que ayer decía que había que incrementar la justicia y la igualdad entre los españoles es el mismo que se erige en detentador de un poder ilegítimo, ilógico, de la discriminación más profunda. El que sin razón conocida ha hecho una fortuna de dimensiones incomprensibles, se nos presenta como paladín de la igualdad. El que dice que se preocupa del paro es el sabe que nunca lo sufrirá ni él ni su familia, pues su trabajo es lucir palmito por los salones del mundo del poder.
Me da vergüenza ajena, no puedo asimilar. como alguien puede tener de si mismo la imagen de ser muy campechano, y dejar en evidencia que se cree un ser muy superior al resto de los mortales mandando callar al Presidente elegido repetidamente por el pueblo venezolano.
En los dos últimos años se ha evidenciado que este señor carece de todo lo que presume. El gran logro de la transición, la Constitución de 1978, se convierte en su coartada, una falsa coartada, pues así se evidencia los derechos que reconoce mientras sólo mantienen vigencia los fundamentos de un poder ajeno al pueblo, y de las trampas que hacen imposible el ejercicio de la plena soberanía popular.
Para consolidar ese poder unos cuantos políticos muy representativos del régimen real, han creado una Fundación para proteger el tinglado.

Son los mismos que ya han convertido en patrimonio particular la bandera, haciéndola heredera de la anterior, los que ahora se envuelven en una constitución de la que seguro no reclamarán por ejemplo el cumplimiento del artículo 1.2, 14, 24, 35, 47, o 128, por poner algunos ejemplos.

La realidad de España es la prueba del delito que no puede ser desmentida por la propaganda. Ha llegado el momento de ser denunciante o cómplice de una trama criminal que permite el robo de las grandes empresas, bancos y la corrupción de los que debieran protegernos de ellos.

No hay margen para la mentira de la propaganda real.

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